Hacia 1657
Lienzo. 2,20 x 2,89
Museo del Prado, Madrid.
Obra de los últimos años del pintor, Las hilanderas
fue interpretado durante mucho tiempo como cuadro de género,
simple visión de un taller de trabajo en la fábrica real
de tapicería; algo inconcebible en la España de su tiempo
para cuadro de tan grandes dimensiones. Hoy sabemos que en realidad el
cuadro representa un pasaje mitológico: la contienda de Palas y
Aracne sobre sus habilidades en el telar, que concluye con la
maldición de Palas, el suicidio de Aracne y su
transformación en araña.
Como en sus
restantes lienzos mitológicos, Velázquez ha eludido toda
grandilocuencia y ha magnificado las alusiones a lo cotidiano
contenidas en el mito, en este caso el ambiente cerrado y fabril del
telar. La técnica se ha hecho prodigiosamente suelta y el toque
impresionista sugiere y cuaja la realidad en toda su viveza. La
seguridad y la maestría de Velázquez para captar lo
transitorio tiene aquí, quizá, su realización
más perfecta. El aire circula y casi se escucha el zumbar de la
rueda del torno de hilar.
El lienzo fue pintado para
un coleccionista privado, don Pedro de Arce, y no ingresó hasta
el siglo XVIII en las Colecciones Reales, sufriendo entonces unas
adiciones de importancia en la parte superior y en el lateral izquierdo
que modificaron (es preciso decir que con extraordinaria
maestría) sus proporciones originales.
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