Hacia 1649 - 1651
Lienzo. 1,22 x 1,77
National Gallery, Londres.
Las
mujeres desnudas son una temática más bien
insólita en la pintura española. Si bien de
Velázquez sólo conservamos un cuadro de desnudo, se sabe
que por lo menos pintó otros tres. El primer registro de esta
obra procede de 1651, de la colección del marqués del
Carpio, que era hijo del primer ministro del rey.
El
cuadro pudo ser pintado antes del segundo viaje de Velázquez a
Italia (1649-1651) o en Italia mismo, desde donde sería enviado
a España. El artista creó su propia imagen de la diosa
Venus, pero la idea de reclinarla y presentarla de espaldas, con Cupido
sujetando el espejo, procede de Tiziano.
En lugar
de mostrar fuertes contrastes de luz y sombra y elaborar con fidelidad
minuciosa la textura superficial de los objetos para crear una
ilusión de realidad, Velázquez llega aquí a pintar
lo que el ojo realmente percibe. Los colores se funden unos con otros,
los contornos no se destacan y los detalles son sugeridos pero no
descritos. El reflejo de la diosa no es real, pues el espejo no puede
recoger la cara de Venus desde esta posición. Una tira
añadida en la parte superior del lienzo nos indica que la
inclusión de Cupido con el espejo fue posterior a la primera
realización.
LA VENUS DEL ESPEJO
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