lunes, 26 de marzo de 2012

VIVO SIN VIVIR EN MÍ- SANTA TERESA DE JESÚS

Santa Teresa de Jesús
VIVO SIN VIVIR EN MI

Vivo sin vivir en mí
y de tal manera espero,
que muero porque no muero.
1. En mí yo no vivo ya,
y sin Dios vivir no puedo;
pues sin él y sin mí quedo,
este vivir ¿qué será?
Mil muertes se me hará,
pues mi misma vida espero,
muriendo porque no muero.
2. Esta vida que yo vivo
es privación de vivir;
y así, es continuo morir
hasta que viva contigo.
Oye, mi Dios, lo que digo:
que esta vida no la quiero,
que muero porque no muero.
3. Estando ausente de ti
¿qué vida puedo tener,
sino muerte padecer
la mayor que nunca vi?
Lástima tengo de mí,
pues de suerte persevero,
que muero, porque no muero.
4. El pez que del agua sale
aun de alivio no carece,
que en la muerte que padece
al fin la muerte le vale.
¿Qué muerte habrá que se iguale
a mi vivir lastimero,
pues si más vivo más muero?
5. Cuando me pienso aliviar
de verte en el Sacramento,
háceme más sentimiento
el no te poder gozar;
todo es para más penar
por no verte como quiero,
y muero porque no muero.
6. Y si me gozo, Señor,
con esperanza de verte,
en ver que puedo perderte
se me dobla mi dolor;
viviendo en tanto pavor
y esperando como espero,
muérome porque no muero.
7. ¡Sácame de aquesta muerte
mi Dios, y dame la vida;
no me tengas impedida
en este lazo tan fuerte;
mira que peno por verte,
y mi mal es tan entero,
que muero porque no muero.
8. Lloraré mi muerte ya
y lamentaré mi vida,
en tanto que detenida
por mis pecados está.
¡Oh mi Dios!, ¿cuándo será
cuando yo diga de vero:
vivo ya porque no muero?


SAN JUAN DE LA CRUZ - CANTIGO ESPIRITUAL

     En aquel tiempo hubo un hombre grato al Señor, el cual se llamaba Juan. Porque era varón de gravedad y sentencia, la alegre iluminada de Dios, aquella Teresa de Jesús, que con tanta espiritual alegría descollaba moradas de sosiego con jardines en los yermos austeros, le llamaba Séneca; y porque tenía la salud desmedrada y cadente y la talla exigua, le decía Senequita. Los hombres graves le llamaban el Doctor extático. Pues este varón justo, que os digo, todo lloro de lacería, y cuya vida fue tránsito doliente de amargor y sufrimiento, era todo espíritu, llamarada viva de una hoguera de amor; todo alta aspiración, desasimiento de cosa de humanidad, fervor ultramortal, ansia insaciable de purificación y depuramiento, en cuanto los límites de la humana posibilidad lo consienten y hasta donde se elastizan.

VIVO9 SIN VIVIR EN MÍ- SANTA TERESA DE JESÚS

VIVO SIN VIVIR EN MÍ


Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero.

Esta divina prisión,
del amor en que yo vivo,
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga:
quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo el vivir
me asegura mi esperanza;
muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte;
vida, no me seas molesta,
mira que sólo me resta,
para ganarte perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero
que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva:
muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para merecer ganarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.

SANTA TERESA DE JESÚS

Se llamaba Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada, aunque generalmente usó el nombre de Teresa de Ahumada hasta que comenzó la reforma de la que se hablará más abajo, cambiando entonces su nombre por Teresa de Jesús.
El padre de Teresa era Alonso Sánchez de Cepeda, descendiente de familia judía conversa. Alonso tuvo dos mujeres. Con la primera, Catalina del Peso y Henao, tuvo dos hijos: María y Juan de Cepeda. Con su segunda esposa, Beatriz Dávila y Ahumada (emparentada con muchas familias ilustres de Castilla), que murió cuando Teresa contaba unos 12 años, tuvo otros diez: Hernando, Rodrigo, Teresa, Juan (de Ahumada), Lorenzo, Antonio, Pedro, Jerónimo, Agustín y Juana.
Según una tradición, su hermano Pedro Alonso Sánchez de Cepeda y Ahumada en 1562 llegó a lo que hoy día es Nicaragua, al puerto de El Realejo y de allí a El Viejo (actual departamento de Chinandega) con la imagen de la Virgen María en su advocación de la Inmaculada Concepción, para luego viajar a Perú. Los nativos se opusieron a que se llevara la imagen y ésta permanece hasta hoy en la Basílica Menor de El Viejo.
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"LAS MORADAS"
Las Moradas del Castillo Interior (o más simplemente: Las Moradas) es el último libro que escribió Santa Teresa de Jesús . Según muchos, su mejor obra; y una de las cumbres de la mística cristiana y de la prosa española del Siglo de Oro.

Año 1577, España, ciudad de Toledo. Teresa tiene 62 años, muchos achaques de salud y su obra de reformadora y fundadora peligra: la Inquisición la está mirando con malos ojos (han secuestrado su autobiografía) y llueven ataques de los calzados y disgustos sin fin.
Es en ese momento que Gracián y otros de su entorno, que conocen lo que esta monja sabe y lo bien que se expresa, la empujan a escribir algo: aunque más no sea para sermonear un poco a sus hijas...

A regañadientes -como se ve en el prólogo- Teresa obedece. Empieza en junio y se interrumpe a principios de julio, cuando debe viajar a su tierra natal, Avila. Allí reanuda el libro a fines de octubre y lo termina en noviembre.
Apenas dos meses netos de escritura, y en circunstancias adversas. No hay tiempo ni para corregir ni para releer...

Pero el caso es que Teresa está inspirada : sus monjas se asombran al verla escribir rapidísimo, como si le dictaran. Y al final, ella misma se siente satisfecha con el resultado.
No es para menos.

Las Moradas son una alegoría de los grados de la vida espiritual, yendo desde la ascética hasta la mística. Una doctrina segura, vivida; y en la pluma salerosa de Teresa.

Para no olvidar que sabiduría, felicidad y santidad van juntas.

jueves, 22 de marzo de 2012

FRAY LUIS DE LEÓN

Fray Luis de León es uno de los escritores más importantes de la segunda fase del Renacimiento español junto con Francisco de Aldana, Alonso de Ercilla, Fernando de Herrera y San Juan de la Cruz y forma parte de la literatura ascética de la segunda mitad del siglo XVI. Su poesía está inspirada por el deseo del alma de alejarse de todo lo terrenal para poder alcanzar a Dios, identificado con la paz y el conocimiento. Los temas morales y ascéticos dominan toda su obra.

Fray Luis nació en Belmonte en 1527. Su padre era un abogado y consejero regio que residió en Madrid y Valladolid, ciudades donde hizo estudios de niño. Cuando cumplió los catorce años, marchó a estudiar a Salamanca, ciudad que constituyó el centro de su vida intelectual como profesor de su universidad. Allí ingresó en la Orden de los Agustinos (Orden de San Agustín), probablemente en enero de 1543, y profesó el 29 de enero de 1544.
Estudió filosofía con Fray Juan de Guevara y teología con Melchor Cano. En el curso de 1556-1557 conoció a fray Cipriano de la Huerga, un orientalista catedrático de Biblia en Alcalá de Henares, encuentro que supondría una experiencia capital en la formación intelectual de fray Luis. Asimismo un tío suyo, profesor de la universidad salmantina, le orientó en esos momentos.

EL GRECO

El Greco
(Doménicos Theotocópoulos; Candía, hoy Heraklion, actual Grecia, 1541 - Toledo, España, 1614) Pintor español. Aunque nacido en Creta, isla que en aquella época pertenecía a la República de Venecia, El Greco desarrolló su peculiar estilo y la mayor parte de su trayectoria artística en España. Se formó en su isla natal como pintor de iconos, antes de trasladarse a Venecia, donde conoció la obra de Tiziano y Tintoretto, artistas que, junto con Miguel Ángel, fueron los que más influyeron en su pintura.
A partir de 1570, tras una estancia de siete años en Roma, El Greco se trasladó a Toledo por invitación del canónigo Diego de Castilla, quien le encargó un retablo para la iglesia de Santo Domingo el Antiguo. Llevaba diez años en Toledo cuando Felipe II le encomendó una obra para el monasterio de El Escorial; pero El martirio de san Mauricio no gustó al soberano español, quien ya nunca volvió a contar con el artista.
Ello supuso una decepción enorme para El Greco, ya que aspiraba a convertirse en pintor de corte, pero no entorpeció su carrera, puesto que era ya un pintor solicitadísimo tanto por los aristócratas como por los eclesiásticos toledanos. No es de extrañar, por tanto, que su obra sea extraordinariamente fecunda.

ALONSO BERRUGUETE

Monumento a Berruguete en el Museo Arqueológico de MadridAlonso Berruguete es un representante manierista dentro de la corriente escultórica renacentista que a lo largo del s.XVI tuvo lugar en España.
Alonso Berruguete formará parte, junto con Diego de Siloé y Bartolomé Ordóñez, del denominado grupo de las "águilas del Renacimiento español". Formados en Italia, regresarán a España hacia la segunda década de 1500 trayendo consigo lo asimilado en el país itálico y contribuyendo, de esta manera, a la renovación de la escultura del momento.
A pesar de que el primer foco dónde se desarrolle esta etapa del nuevo lenguaje, cada vez más alejada del quattrocentismo inicial, lo constituya Burgos, será Valladolid la ciudad que verdaderamente se erija en capital de la escultura castellana renacentista (con Alonso Berruguete como principal artífice y, años después, Juan de Juni) una vez truncado el porvenir de la escuela burgalesa debido a la ausencia de Siloé y la muerte prematura del joven Ordóñez.
Es posible advertir que, en general, el estilo predominante de esta nueva tendencia escultórica derivará hacia fórmulas dramáticas aprendidas del estudio de la obra de artistas italianos aunque, eso sí, interpretadas en clave muy distinta en cada uno de los casos, siendo el más experimental de los tres Berruguete, el cual derivará hacia formas y conceptos manieristas.

miércoles, 14 de marzo de 2012

BATALLA DE VILLALAR

Batalla de Villalar: Hecho decisivo de la Guerra de las Comunidades, realizada el 23 de abril de 1521. En la que se enfrentaron las fuerzas imperiales de Carlos I y las de la Junta Comunera capitaneadas por Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado. Esta batalla tuvo lugar en Villalar de los Comuneros, municipio de la provincia de Valladolid atravesado por el río Hornija y recostado a los pies de los montes Torozos; de costumbres agrícolas de secano, pastoreo de ovejas y que cuenta también con una vaquería, en la actualidad.
Posee un gran interés histórico, no solo por la batalla que se va a describir más adelante, sino por sus construcciones de origen medieval como la Torre del Reloj, los restos de arquitectura popular tradicional como Los Palomares y el Chozo del Pastor, las Casas Blasonadas de adobe, ladrillo y piedra con escudos de los siglo XVI y XVII, la iglesia de Sta. María del siglo XVI actualmente sede de la Casa de la Cultura, la iglesia parroquial de San Juan Bautista siglo XVI en la que se guarda el órgano barroco construido por Francisco Fernández, Puente el Fierro paraje en el cual tuvo lugar la batalla, actualmente conectado a la villa por una senda ecológica que posee grabados narrando en la historia y El Obelisco (1889) que rinde homenaje en la Plaza Mayor del pueblo a los capitanes ajusticiados: Padilla, Bravo y Maldonado, además de a María Pacheco (esposa de Padilla que tras la derrota de Villalar fue exiliada a Portugal).
 

martes, 13 de marzo de 2012

El lazarillo de tormes

Lazarillo de Tormes

 

La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades (más conocida como Lazarillo de Tormes) es una novela española anónima, escrita en primera persona y en estilo epistolar (como una sola y larga carta), cuya edición conocida más antigua data de 1554. En ella se cuenta de forma autobiográfica la vida de un niño, Lázaro de Tormes, en el siglo XVI, desde su nacimiento y mísera infancia hasta su matrimonio, ya en la edad adulta. Es considerada precursora de la novela picaresca por elementos como el realismo, la narración en primera persona, la estructura itinerante, el servicio a varios amos y la ideología moralizante y pesimista.
Lazarillo de Tormes es un esbozo irónico y despiadado de la sociedad del momento, de la que se muestran sus vicios y actitudes hipócritas, sobre todo las de los clérigos y religiosos. Hay diferentes hipótesis sobre su autoría. Probablemente el autor fue simpatizante de las ideas erasmistas. Esto motivó que la Inquisición la prohibiera y que, más tarde, permitiera su publicación, una vez expurgada. La obra no volvió a ser publicada íntegramente hasta el siglo XIX.
 

lunes, 5 de marzo de 2012

Catalina de aragon

Catalina de Aragón (Alcalá de Henares, 15 de diciembre de 1485 - Castillo de Kimbolton, Inglaterra, 7 de enero de 1536). Infanta de Aragón y Castilla e hija de los Reyes Católicos, fue reina consorte de Inglaterra como la única esposa de Enrique VIII, según los católicos contemporáneos, y como la primera en una lista de un total de seis esposas para los fieles a la causa real. Enrique anuló el matrimonio, de 24 años de duración, por sus pretensiones con una cortesana de Catalina, Ana Bolena, y por la supuesta incapacidad de la Reina para engendrar un hijo varón. Fue la madre de la Reina María I de Inglaterra.


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ENRIQUE VIII.


Enrique VIII.
Rey de Inglaterra, perteneciente a la dinastía Tudor (Greenwich, 1491 - Westminster, 1547). Sucedió a su padre, Enrique VII, en 1509. Este príncipe culto e inteligente empleó su brillantez contra la reforma protestante lanzada por Lutero en 1520, mostrándose enérgico «defensor de la fe» católica (título que le dio el papa León X por el Tratado de los siete sacramentos que escribió en 1521).
Pero esta situación cambiaría a raíz del conflicto desatado con la Iglesia por el problema sucesorio: el primer matrimonio del rey con la viuda de su hermano, Catalina de Aragón, no le había dado herederos varones, por lo que Enrique VIII pidió al papa la anulación del matrimonio so pretexto del parentesco previo entre los cónyuges (1527); el papa, prisionero de Carlos V (que era sobrino de Catalina), negó la anulación y Enrique VIII decidió romper con Roma, aconsejado por Thomas Cranmer y Thomas Cromwell.

Enrique VIII